CHEN DEL LLEREL. EL HABITAR DONDE LAS MONULAS SON SIENDO Y ESTANDO.


El ser no es metafísica. El ser tiene peso y consistencia. Ninguno de nosotros es sólo una idea. No somos simple abstracción o clasificación. Soy siendo. Soy estando. Eres lo que te está sucediendo, lo que te está afectando.  Las Monulas actualizan su ser, vuelven a nacer en el instante en que yo-soy-siendo con ellas, en el instante en que yo-estoy-siendo con ellas. Una y otra vez.  La mirada monular no acumula. No se jacta jamás de haber ya mirado lo suficiente, ni se ilusiona vagamente por lo que mirará. 

Chen del Llerel es el mundo aquí y ahora cuando en verdad se mira, se admira y se descubre en el siendo y el estando con las texturas que me rodean, que me miran y son siendo y estando conmigo.



 

Comentarios

  1. Chen del Llerel es, a mi concepto, el mundo mismo cuando se llena de color porque el hombre se siente uno con él, no uno sobre él. ¿Qué quiere decir esto? Entender el mundo no como su señor, sino como un ser entre los seres, que no conoce todo lo que le rodea. El color de la sorpresa, de las nuevas experiencias, eso es Chen del Llerel. No recuerdo de dónde tomó inspiración la profe para este concepto, pero a mí me recuerda fuertemente a Pocahontas. Cito cantando en mi mente: “descubre qué riqueza te rodea, sin pensar ni un instante en su valor”. Y más adelante: “si no entiendes qué hay aquí, solo es tierra para ti. Sin colores en el viento descubrir”.

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  2. El hombre no vive en la continua abstracción y alejamiento de la que hablan los "poetas" deprimidos y alejados de la carne del mundo. El verdadero poeta vive, sufre, claro está, pero también ríe y camina por el bosque. El verdadero poeta hace de su vida una obra de arte. Un Höelderlin, un Cervantes, un Shakespeare... conocen su ser, lo son constantemente y lo transmiten en sus obras, precisamente por ser constantemente lo que son, sin caer en el absurdo subjetivismo total, conociendo el mundo y dejándolo ser.

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  3. La posibilidad, el poder ser o el decidir no ser, pero habitando. Es decir, estamos siendo en la medida en que vivimos, pero vivimos de acuerdo a nuestras texturas, nuestros colores, nuestros sabores y olores, aquello que hemos descubriendo y experimentando al ir habitando el mundo entre el pasado, presente y futuro, pero sin aferrarnos a él o sin ser expectantes de algo que vendrá. Es estar en el presente siendo conscientes de un camino que hemos forjado con cada texturas nueva que conocemos, teniendo presentes que siempre estamos en constante cambio y abiertos a desubrir nuevos adobes para el ser.

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