Con gran afecto, recojo conceptos que aprendí de otros de mis grandes maestros de la Fenomenología. Gastón Bachelard.
El ente es la forma de las cosas y el ser es su Monula. Cuando nos preguntan, Quieres mirarme nuevamente?, nos invitan a la alegría de experimentar una ensoñación materialista. La alegría de renovar la imaginación materializante. Las Monulas son materia dinamizada, germen dinámico, densidad viva de la materia.
Experimentar lo material es tarea de todos aquellos que tenemos una percepción de belleza establecida por ejemplo el artista aquel que se puede definir de varias maneras, aquel que tiene la cualidad o inclinación a practicar algún tipo de manifestación artística, el que crea, innova y demás pero, aquí la figura del artista la enfocaré a la del pintor, aquel que transmite y manifiesta a través del lienzo su sentir , mediante esa percepción que tiene de lo material como lo dice Merleau Ponty:
ResponderEliminarEl pintor está ahí, fuerte o débil en la vida pero soberano evidentemente en su modo de rumiar el mundo sin otra "técnica” que la que sus ojos y sus manos se dan a fuerza de ver, a fuerza de pintar, empeñado en sacar de este mundo, en el que suenan los escándalos y las glorias de la historia, telas que nada agregan a las cóleras o las esperanzas de los hombres, y nadie murmura por ello.(Merleau-ponty. 1986, p.13)
Si aceptamos que la fenomenología es la reflexión en torno a la experiencia que produce la develación de la propia experiencia, podríamos re-considerar, re-significar los contenidos de la consciencia que se tiene sobre lo educativo. Hay consciencia de la experiencia porque hay re-flexión sobre ella. Dice Husserl que a través de la reflexión aprehendemos las vivencias subjetivas que llegan a ser para nosotros conscientes en tanto se nos aparecen, de ahí que todas estas vivencias conscientes se llamen también fenómenos. Y es en este sentido que la fenomenología permite ver la otredad de la realidad, en nuestro caso, educativa. Permite tener un “modo de ver” por medio del cual se ve lo puesto entre paréntesis, lo suspendido, la epojé del mundo naturalmente educativo, como significaciones dadas tal y como son dadas, para que aparezca dicho mundo con una nueva significación.
ResponderEliminarLa dínamis propia del mundo nos enseña a no imponer una sola visión sobre las cosas. Las doctrinas orientales nos acercan más que las occidentales al movimiento del mundo. El devenir, la respiración de Brahma... El cambio es lo constante, paradójicamente. El hombre no debe quedarse con lo aprendido en una primera observación, debe aprehender el movimiento propio de la cosa para poder decir que comprende su naturaleza.
ResponderEliminarEn la extraña opacidad del habitar, una lejana sustancia se sumerge y me remite a una lectura del detenimiento, en su forma esta sustancia guarda este detenimiento durante largas temporadas como si invernase y tuviese sus provisiones innatas sin caducidad e inacabadas, cuando un hombre en medio de su tempestad decide buscar un refugio y abre la puerta de hierro, de madera, de carboncillo, de plástico de celulosa, se da cuenta que esta sustancia nunca estuvo dormida, estuvo latente para acompañarle en su existencia, esta sustancia que reconocemos como objeto es el libro, el libro que en medio de nuestro habitar nos permite una transformación en otros, una nueva lectura de todos los espacios que se va nublando, no leemos para ser más inteligentes o intelectuales, leemos por que las provisiones del libro que son el lenguaje nos hacen descubrir nuestras pasiones, emociones que están en la vitalidad que desconocemos, este no decora las cosas, las hace más transparentes, el libro puede tomar cualquier forma en la maleta, en las repisas, en el escritorio, en los bolsillos, en los floreros, no nos dan directrices nos embriagan como afirma Baudelaire, es decir nos permite reavivar las potencias del alma.
ResponderEliminarKatherin Cortés
La distinción mencionada entre el ente como la forma de las cosas y el ser como su Monula es una perspectiva interesante. Al considerar que el ser es la esencia dinámica y viva de las cosas, se resalta la importancia de la vitalidad y la energía en la percepción de la realidad. El concepto de "ensoñación materialista" también es intrigante, ya que sugiere la capacidad de la imaginación para materializar y animar la experiencia. La renovación de la imaginación materializante puede abrir nuevas posibilidades y perspectivas en la forma en que interactuamos con el mundo.
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