Monula de la Semilla.
Ir a la esencia. Descender permanentemente, infinitamente. Por siempre, sin remedio, sin excusa, sin pausa, hacia las catacumbas de lo que soy. Tambores, tambores en lo profundo. Allí, en lo oculto, lo que soy. Allí, en lo oculto, lo que temo. Allí, en lo oculto, mi fuerza, mi verdad, mi intento, mi posibilidad. Quieres mirarte nuevamente? Te atreves al descenso? Te aventuras por los confines de la esencia? De la semilla?...
Tal es la invitación, extraña, misteriosa y bella de la Fenomenología.... Pero hay quienes dicen sí!! Yo descenderé hasta los peligros de Mordor. Yo llevaré el anillo!!!!
Dentro de la cotidianidad, se hace referencia a un retorno no eterno, en el cual, se crea una paradigmática idea de que nunca nos hemos ido, pero si nos vamos, podemos volver, de modo que haciendo referencia a la cita planteada en un principio, la vida es una historia llena de retornos. El sentido mismo de la existencia se basa en la propia razón del ser humano, y como se ha logrado encontrar esto al paso de los años. Si esto es solo cuestión de ver lo real de la realidad, o de darle sentido también a lo intangible, para así poder ver un sentido existencial, todo esto en la base de si filosofar nos da un propio sentido, o si nosotros naturalmente traemos eso.
ResponderEliminarAnalizar y cuestionar que tanta razón se le puede dar a los argumentos, es algo que se debe concretar, no con el fin de llegar a una conclusión exacta, si no a un final abierto plasmado en las diferentes perspectivas humanas, y como por medio de estas se trata de entender el concepto propio de filosofar y del sentido, saber que el habitar lo hacemos nosotros mismos, somos aquello que nuestro corazón caliente, un tiempo no existente que se pasea por los rincones del infinito.
Fluir es la pasión que permite aquella felicidad profunda donde yace la vida, pero, ¿Qué es la vida? - vida es cuando miramos como crece un árbol, cuando nos perdemos en la inmensidad de las nubes y estrellas para bailar cerquita del sol, cuando nos recostamos sobre el verde pasto y dejamos que el viento abrace con fuerza cada latir de nuestro corazón, el tiempo es vida cuando gozamos y disfrutamos cada destello que trasciende al cosmos, en los que florece la imaginación y la tranquilidad inquebrantable, vida a la que el tiempo transcurre sin mirar el reloj. <3
(Elizabeth Peña)
seguramente una de las frases más comunes que destacan a la existencia humana en su actualidad radica en reconocerse como la sociedad que más altos logros ha conseguido tras la trascendencia de su conocimiento ¿pero a costa de qué? acaso la humanidad actual ha optado por lo meramente material, es decir por aquello que es mera experiencia de los sentidos despojándose de lo que es esencia, olvidándose que lo que realmente es importante al sujeto, la mirada ha tomado un desvío donde se ha quedado como paralizada e inmóvil por la belleza de lo contingente, más sin embargo esta parálisis de la mirada es la principal sospechosa a esta perdida espiritual (no en sentido religioso) y de lo que es su verdadera esencia.
ResponderEliminarEl arte, lo que es bello realmente, se ha visto fracturado gracias a esta dependencia materialista a la que se ve envuelto el humano actual puesto que se ha pretendido entenderle como un simple montón de materia más entre la materia despojándole de su capacidad de admirar lo que está más allá de la misma, es importante un redireccionamiento de la mirada y de nuevo ver en los berruecos algo hermoso, despojándonos de lo que solo es pura forma y empezar a ver esencia, en un color, en una forma, que permita ver en lo perfecto lo más perfecto, sin juzgarnos a nosotros mismos como algo completamente realizado, sino que en cada día la oportunidad de hacerse renace y con esto poco a poco la conciencia de lo coherente, es decir que lo que juzguemos hoy como bello será nada más que el resultado de lo que luego pueda mostrársenos como algo realmente bello o que por el contrarios ha sido una mera apariencia, por eso veo en la fenomenología una herramienta grata al hombre que le permita descubrirse racionalmente haciéndose consciente del mundo pero sin ser objeto de este.
(Nelson Prieto)
Ir a la esencia; ciertamente, luego de reflexionarlo, sesión tras sesión, podría considerarlo como algo tan complicado a día de hoy. En la sociedad actual, las personas fluyen a su ritmo yendo cada uno a un objetivo diferente. Es así pues, como podría afirmar una fractura frente a la búsqueda de la esencia y el ser de las cosas.
ResponderEliminarY es que ¿Qué buscan las personas? ¿Madera? No, ¿quién se detendría a darle un vistazo al trozo de madera? A esa esencia que dice ¿Quieres mirarme? ¡Soy madera! ¡Mirame! ¡Apreciame! Incluso sonaría para la sociedad ilogico que alguien se detuviede a ver el ser de las cosas. Y es que, actualmente las personas se centran en generalidades. No hay tiempo para la esencia, el ser no tiene importancia, las todo pasa, todo continua y no tiene gran importancia. ¡Qué destino tan cruel para el pequeño trozo de madera al no ser apreciado como es debido por aquellos que han olvidado la esencia!
Es preciso pues, no salir de la sociedad sino que, detenerse a dar una mirada frente a lo bello de la esencia. Parar y encontrar aquellas cosas que dan valor moral a la vida. Decir ¡Soy madera! ¡Soy un pez! Soy aquello con lo que puedo ver reflejado mi ser! Parar a realizar la contemplación frente al llamado del ser reconstruye la fractura en el mundo.
Responder a las texturas y su llamado de ¿Quieres mirarme? ¡Abre un nuevo camino anla contemplación y apreciación de la esencia!
(Pd: :3 Reflexión escrita casi a las 4 de la mañana que me inspiré)
La concepción rígida que se tiene sobre el arte, lo único que hace es que se pierda la magia de lo que es bello en él, su dinamismo plasmado en la quietud. En el arte convergen las contradicciones y opuestos más inconcebibles desde una postura completamente racional, desde allí no se puede llegar a las esencias ni al habitar plenamente los sótanos de las palabras ni pinturas. El arte está en todo aquello que nos rodea y no somos conscientes de mirarle; estamos sumidos en la rapidez de los días que no nos dejan alimentar nuestro camino desde la mirada fenomenológica. Poder entrar en la actitud del filósofo en la que todos los días no se sabe nada... pero que en ese estado de vacío puede llenarse mediante el trato con las cosas y el diálogo con el propio ser... son cosas que se logran gracias a esa verticalidad que nos constituye. Acercarse al arte desde la propia mirada es querer llegar al sentido oculto de las cosas mismas y sus representaciones, una obra de arte nos enseña que hay mil sentidos depende de quien lo mire y la arista o intencionalidad desde la cual lo haga, porque el cuadro, el poema, la música, nunca son los mismos, si nos dirigimos siempre a ellos desde una mirada diferente.
ResponderEliminarDiana Gutiérrez
Lleno de metáforas veo la vida pasar, como una suave brisa que erosiona mi ser, vulnerable al cambio de los tiempos. La existencia no sólo es horizontal, de ver hacia los lados, de ver que tan lejos llega la mirada, sino que también tiene una dimensión vertical, y es que tan profundo podemos ver dentro de nosotros mismos ¿Seremos los mismos en todos nuestros años? ¿Amaremos a las mismas personas siempre?¿Acaso las odiaremos? Sólo si vemos al hombre en su reflejo infinito podremos saber esas respuestas, ya que si reflexionamos en los oscuros misterios del ser intimo podremos conocer un mundo mucho más real que el que nos rodea.
ResponderEliminarSin embargo dejar la vista libre de niebla es difícil en una época estridente y acelerada, bajo un constante bombardeo el ser deja de cambiar de manera orgánica y empieza a ser masificado, de manera plástica, y cabe la pregunta de si es o ha sido hecho ¿Somos o somos hechos?
Me cuesta trabajo distinguir cuál puede ser la respuesta, por un lado decir que somos particulares es cierto, no a todos nos puede gustar lo mismo, por otro lado nos gustan las cosas que conocemos antes de que nos gusten, es un poco difícil pensar en algo que me guste sin que sepa de ello.
De cualquier manera, ahora puedo ver un poco más a profundidad en mí mismo, ahora puedo verme en el reflejo de la vida, y ver como la vida se refleja en mí, no somos solamente una honda en un estanque, somos un estanque que reverbera eternamente, somos hondas que chocan unas con otras, hasta que nuestro retumbe original sea olvidado, pero esas vibraciones seguirán chocando unas con otras, hasta que el espíritu humano sea extinto.
Sebastián Felipe Guerrero Amaya
El arte, o más bien lo estético, no es algo que, en su esencia, tengamos que ver o apreciar obligadamente en un museo o en una biblioteca, la simple cotidianidad y una mirada atenta hacia las pequeñas cosas podría llegar a ser una de las experiencias estéticas más trascendentales que el ser humano podría tener, porque el significado mismo de la contemplación estética ya no se encuentra sólo en lo que el objeto simplemente me muestra y en el que yo tengo que deducir su esencia (objetivismo) o en lo que el sujeto determina de él (subjetivismo), sino en el fenómeno, la esencia que éste me muestra y el significado que yo podría darle (fenomenología), en una especie de diálogo con el fenómeno, en saber qué me puede transmitir.
ResponderEliminarEs esta experiencia de lo cotidiano en donde le podemos encontrar un verdadero valor a las cosas, y no es necesario ir tan lejos simplemente toca con ver lo que tenemos en plena vista y pensar por qué le dan una razón de ser a mi vida. Tal cual lo hacían los hombres de la edad de piedra o las abuelas en el campo. Cuando permitimos que las cosas se nos muestren tal cual son, logramos darle un sentido más profundo al mundo, pues, es en él en donde vivimos y desarrollamos nuestras vidas, es en él donde de verdad podemos acceder a lo bello y en donde podemos llegar a actuar con el otro de una manera más amena y humana; al otro, al haber visto la belleza en mí, también puedo apreciar su belleza y el otro al mismo tiempo puede llegar a ser capaz de ver la mía, es decir, existe un abrirse en un momento espaciotemporal en el que las experiencias estéticas de dos individuos distintos se unen para formar un diálogo, reconozco las capacidades del otro y su ser, siendo a partir del diálogo en donde se va desarrollando la mayor expresión estética totalmente humana, la filosofía. Y esa fue la enseñanza que me dejó esta clase y su profesora.
En medio de un mundo en el que todo está dado y regido por lo simple, mas no por la sencillez, es necesario remontarse a la semilla, a lo esencial y cercano, porque es en la cercanía con la esencia en la que se puede encontrar lo valioso, lo que ha de ser contemplado con cuidado. Y es que la vida suele "vivirse" pasando de largo por lo que se nos ha manifestado en su forma más pura sin siquiera detenerse a pensar qué había ahí antes de que alguna mano artesana le diera forma a ese trozo de metal y que, desde hace miles de millones de años, fue el centro del mundo, fue la conformación de la sangre del mundo.
ResponderEliminarLo mismo pasa con lo que nos conforma, pues nunca nos detenemos a descender, a hurgar en lo más profundo de nosotros para saber qué somos, ya que siempre decimos que somos o no somos algo pero en realidad ese ser es solo accesorio de la existencia -por ejemplo, decimos que somos sociales, pero más bien nos gusta estar en compañía en razón de que no toleramos la soledad, o que somos divertidos, pero la realidad es que la vida sin el constante entretenimiento externo nos abruma-.
¿Qué somos y cuándo nos detenemos a mirarnos? ¿Cuándo exploramos nuestro interior así como exploramos el de una matryoshka? Porque es en el descender que hallamos el sentido, el ver que no hay solo telarañas en el sótano del existir, sino que ahí y solo ahí, encontraremos algún sentido del ser: la mirada a lo cercano.
El ser vertical, un ser que trasciende y se esconde; que comparte y oculta; que contempla y vivencia. Desde que juego Phasmophobia me di cuenta de lo tenebroso que puede llegar a ser bajar las escaleras hasta el sótano, el lugar en el que casi siempre se esconde el fantasma que debemos identificar y salir con vida después de que nos ataca. Quizás esa es mi experiencia monular, el saber que en ese sótano abandonado, lleno de cosas olvidadas y de telarañas, es realmente a donde nos tenemos que dirigir, pues los registros de ese fantasma no están en la cocina o en el cuarto de huéspedes, están en donde nadie más quiere estar.
ResponderEliminarY si la vida fuera ese juego de terror, mi fantasma estaría constituido por aquellos retratos guardados en cajas gastadas por el tiempo, esos recuerdos de las cosas que día a día me hacían sentir y sentirme dentro de un mundo de metafísicas. Para conocerme es necesario ser valiente, bajar a oscuras, escuchar pasos en una madera desgastada y estar dispuesto a encontrar distintos tipos de fantasma, pues parte del ser vertical es su cambio constante.
Efectivamente, mi reflexión se torna en una fenomenología del juego y del miedo. Una mirada que sin duda daría mil veces más.
Examinar y cuestionar hasta qué punto podemos confiar en nuestros argumentos es un ejercicio que debemos llevar a cabo, no con el objetivo de alcanzar una conclusión definitiva, sino de dejar abierta la puerta a las diversas perspectivas humanas, y así entender cómo a través de ellas se moldea el concepto de filosofar y de dar sentido a la vida. Somos nosotros mismos quienes construimos nuestro hogar en este mundo, somos el fuego que calienta nuestros corazones, una presencia que flota en el tiempo infinito.
ResponderEliminarEl fluir de la vida es la pasión que nos permite alcanzar esa felicidad profunda, donde reside la verdadera esencia de nuestra existencia. Pero, ¿qué es la vida? La vida es observar cómo crece un árbol, es perderse en la vastedad de las nubes y las estrellas para bailar junto al sol, es recostarse sobre el verde césped y permitir que el viento abrace con fuerza cada latido de nuestro corazón. El tiempo se convierte en vida cuando disfrutamos y nos deleitamos con cada destello que se proyecta en el cosmos, momentos donde la imaginación florece y la tranquilidad se vuelve inquebrantable. Es una vida en la que el tiempo transcurre sin prestar atención al reloj, una vida plena de significado y de experiencias que trascienden el simple transcurrir de los días.
(Juan Camilo Fonseca Calle)
Solemos ver los problemas como algo que se tiene que solucionar “aquí y ahora” con inteligencia, con razonamiento, con lógica. Esto nos agobia y estresa a tal punto de que estas dimensiones intelectuales realmente no lo logran solucionar todo, pues hay cosas mucho más profundas que no son visibles/ tangibles y estas cosas penetran tanto en el ser que nunca hemos imaginado que sea tan profunda nuestra capacidad de sentir. Solemos sentir miedo y preocupación, ya que somos seres que sienten a cada instante y no podemos escapar de esa naturaleza. Necesitamos descubrir quién realmente somos, qué queremos, por lo que queremos y cuándo somos fieles a nosotros mismos y lo más importante, nuestras convicciones. Debido a que, no sabemos qué hacer mientras caminamos en un mundo totalmente horizontal, mientras nos atraviesa una línea vertical donde sea que vayamos y por eso no queremos descender. Es necesario que nos dediquemos a entendernos a nosotros mismos desde el pasado para que el presente tenga un sentido hacia el futuro. Nos movemos sin saber qué es lo que se mueve. Es la búsqueda del sentido propio o único, tan así que no podemos esperar que otros lo descubran por nosotros, necesitamos dejarnos hundir para después preguntarnos: ¿Por qué no quiero hacer nada? ¿Por qué estas cosas me afectan de manera positiva o negativa? ¿Por qué hago lo que hago? Para que, cuando estemos frente a las opciones que nos pone la vida, sepamos decidir siendo fieles a nosotros mismos. En el sótano se vale sentir, llorar, gritar, saltar, bailar, se vale dormir, respirar lento, procrastinar. En el sótano se vale todo esto. Solo si realmente nutre el alma, solo si realmente edifica el ser. Mi ser está edificado en pintura, poesía, guitarra, deporte, plantas, atardecer, incienso, muchos pelos de gato, muchos cuadernos en blanco, muchas cartas a mano que tienen sello pero nunca un destino.
ResponderEliminarMarylin Velandia.