CHEN DEL LLEREL COMO HABITAR SERENO. PAZ Y TRANQUILIDAD.



Cuando se miran las texturas del mundo con una nueva mirada, con un nuevo color, se entra a la Tierra de los colores. A la tierra donde todo vuelve a hacerse nuevo. Una mesa, una fruta, una expectativa, una estrella, una flor, un recuerdo, una cuchara que se vuelve a mirar, es una Monula que vuelve a nacer, un mundo que vuelve a fundarse, una tierra colorida que vuelve a visitarse. Aquel que decide volver a mirar, el Hombre-Totumo, inaugura así un nuevo vacío, se limpia, se libera de la antigua mirada y renueva con su intencionalidad las texturas del mundo. Entra a Chen del Llerel.


Chen del Llerel es una interpretación del habitar humano desde su máxima esencialidad. desde la máxima cercanía, respeto y valoración de la bella esencia de las cosas.



 

Comentarios

  1. Este es un tema muy interesante porque nos lleva a el dejar ser las cosas, el dejar fluir aquellas cosas porque muchas veces nos aferramos a imposibles o pretendemos cambiar el rumbo de la vida que se nos presenta, claro cada uno de nosotros labra como se dice comúnmente su destino pero a veces en el afán de querer que todo salga como nosotros deseamos en los distintos ámbitos de nuestra vida no nos permitimos el fluir y soltar muchas cosas y personas. La serenidad puede verse como una virtud porque aquel que logra mantenerla en momentos complejos será quién pueda obtener la respuesta para solucionarlos, asimismo debe recordarse que el dasein busca en últimas ser feliz y claramente si no está equilibrado en una paz y tranquilidad armoniosas jamás lo conseguirá, no se trata de huir de los problemas que puedan presentársenos sino saber afrontarlos de la mejor manera posible y tener la capacidad de que no carguen nuestro espíritu.

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  2. Me pregunto si ese “Chen del Llerel” no aflora cuando se ama, personalmente me he reencontrado con muchos lugares que creía conocer de mi mismo, con la sorpresa de que no son tan tenebrosos o dañinos como creía, esto gracias a confiar en la mirada y la opinión de una persona que creo amar, nutrirme de los colores que perciben otros ojos siento que cambia los míos, y es gracias a ese cambio que me dejo sorprender por las texturas del mundo, texturas que antes ni consideraba.

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  3. La paz no viene de la quietud de las cosas. Paz y estaticidad no son sinónimos, como tampoco son antónimos la paz y la guerra. Un samurái podía ser un guerrero tanto como un poeta o un jardinero, su paz interior proviene del equilibrio y sano movimiento y crecimiento de su naturaleza interior. Puede estar en paz entre los sakuras o cerezos tanto como en batalla desenfundando su katana. La paz es interna, tal como en el mundo en que nos hayamos inmersos.

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  4. Maribel Becerra Gómez30 de mayo de 2023, 14:05

    Quedarnos con la misma concepción superficial acerca de la realidad nos quita parte de lo que nos hace humanos, por lo tanto el hecho de modificar la visión acerca de la relación que tenemos con las cosas nos hace ver el mundo de una forma distinta y conocernos un poco más.
    Siento que el que estudia filosofía debe tener un constante mirar nuevo de la vida, mantener la mente abierta y volver a analizar el mundo desde diferentes perspectivas.
    Teniendo en cuenta lo anterior, el habitar humano desde su máxima esencialidad implica volver a mirar las texturas del mundo, es limpiar y liberarse de la antigua mirada, así como el filósofo limpia, libera y vuelve a fundar el mundo desde el momento en el que la filosofía llega a su vida.

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