LAS MONULAS Y EL MISTERIO DEL TIEMPO ONTOLÓGICO


Cuando leí "El misterio del Campanario" de Martin Heidegger, sentí la alegría de comprobar que el tiempo lineal de la historia no es el que nos define. No somos solamente las fechas repetidas o el conteo de calendarios.

Vive en mí la infancia viva en la casa de mi abuela con olor a chocolate, con mis tías esperando felices la fiesta del barrio con la salsa de la Fania. Vive en mí, mi papá en las tardes del sábado viendo conmigo La Pantera Rosa y enseñándome a amar los libros. Vive en mí el futuro en el que estaré con él... Sí con él!... escuchando las canciones de Charles Aznavour. Viven en mí, en las muñecas de mis muñecas, los símbolos vivos del pasado egipcio espléndido. Vive en mí el tango eterno, el bolero de amantes con abrigos, promesas de amor y cigarrillos.

Tiempo Ontológico. El Tiempo del Ser. El único tiempo. El único ser. Sin fechas. Sin historia. Sólo el palpitar cotidiano de las texturas imborrables que han marcado la percepción, la emoción, la carne viva y transitoria que somos.





Comentarios

  1. Para Heidegger el tiempo no es simplemente una medida cuantitativa, sino que es un fenómeno ontológico fundamental que nos permite ser conscientes de nuestra propia existencia. El tiempo no es algo que simplemente "pasa", sino que es un horizonte que nos lleva a entender el mundo. Aquí el tiempo no es cuestión de algo universal que las ciencias te dicen lo que es y que solo puede ser así. En cambio el hombre que es el que siente y experimenta distinto siempre, el tiempo entonces también siempre es algo diferente. Al decir ontológico no se refiere simplemente a la medición del tiempo en términos de segundos, minutos y horas, sino que se trata de una comprensión más profunda de cómo el ser humano experimenta y vive el tiempo en su existencia cotidiana. Es decir, experimentar cinco minutos mientras comes tu helado favorito, y experimentar cinco minutos en un hospital mientras te dicen que tu persona favorita está a punto de morir, en estas diferencias, en esos cinco minutos hay un tiempo abismal que la ciencia no entiende, pero si la ontología.

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  2. El tiempo ontológico refiere a la no definición de lo que somos, es decir que refleja el cambio constante de nuestra existencia, sin embargo, me resulta complicado entender que el ser no tiene historia, ya que, desde lo que alcanzo a entender, la historia es lo que nos permite perfeccionarnos, y, así mismo, disfrutar de nuestro paso por el mundo. Por otra parte, el tiempo ontológico termina siendo la libertad de nuestra vida, ya que, es aquí donde nos deshacemos de lo inauténtico, de lo que no deja comprender el sendero de nuestra vida y, simplemente, nos hacemos con nuestra propia existencia, es decir, volvemos nuestra vida auténtica y nos volvemos dueños de lo que verdaderamente somos. Dicho esto, el ser se ve reflejado en lo único, en lo que deja ver como, verdaderamente, existo; es decir, en la simpleza y complejidad de nuestros instantes, de nuestra historia. Por último, el tiempo ontológico lo que permite conocer es la autenticidad de la existencia, se podría decir que permite entender el sentido de la vida, por consiguiente, el tiempo ontológico es el sendero de la vida, el cual siempre puede cambiar pero se mantiene único.

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  3. Jorge Steven Prieto Villanueva8 de marzo de 2023, 6:38

    El tiempo ontológico es difícil de percibir o entender, pues nos hemos limitado a darle un concepto al tiempo en donde podemos expresarlo como segundos, minutos, horas, días, etc., tanto así que llegamos a perder de vista aquello que sucede en el tiempo, olvidamos disfrutar los momentos que nuestra mente y nuestra carne experimentan a diario, tanto así que hasta se nos llega a olvidar aquello que desayunamos hoy, pues todo los hacemos con una limitación temporal, haciendo que muchos de los momentos que vivimos como seres humanos sean efímeros y olvidables. Esto me hace volver hacia la niñez, en donde esos conceptos de tiempo no son tan importantes para nosotros, no tenemos que desayunar en 5 minutos porque vamos tarde para algún lugar, pues recuerdo jugar sin parar y sin mirar hacia la hora que debo volver a casa, aquellos momentos me son más fáciles de recordar debido a que no estaba preocupado por una concpetualización del tiempo, sino solo por vivir aquello que sucedía en el instante, pero a día de hoy me es más fácil olvidar lo que hice hace dos días, pues es como si en la mayoría de los instantes estuviese en un piloto automático que no se afana por la emoción de vivir. El tiempo ontólogico puede ser visto como un éxtasis en donde pasado, presentre y futuro no se diferencian, sino que se juntan para un recuerdo de aquello que viví, un disfrute de lo que vivo y un pensamiento de lo que viviré.

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  4. Pareciera entonces que el Ser, un mensaje encriptado cuyo descubrimiento no es algo que fácilmente se logre alcanzar, no está definido por los tiempos verbales, sus conteos o el paso de estos, sino que el hombre puede revitalizar aquello que fue, es y será en el mismo momento que redescubre aquello que da paso al florecer de sus sentimientos. El tiempo ontológico es el que nos permite sentirnos como antes y traer al presente todo lo que en el fondo nos constituye como lo que somos. Es de esta forma que cuando intento conocer mi Ser, me doy cuenta de que vive en mí aquel momento en que vi My Hero Academia por primera vez en una tarde lluviosa y desesperanzada; vive en mí la sexta vez que repetí la serie en donde seguía lloviendo tenuemente, pero ahora el sonido era acogedor y ciertamente hermoso; vive en mí el futuro donde la repetiré muchas veces más, y el cielo en mi Ser se verá despejado a medida que se revitalicen los sentimientos que la perspectiva de la vida misma me permita reconocer.

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  5. El tiempo ontológico o circular es la apertura total al ser porque al no presentarse como lineal no lo determina en su totalidad, es entonces indeterminación del ser que, como la verdad, está siempre sujeto a cambio. El movimiento mismo del tiempo, a manera de circulo, permite que no haya una posición absoluta del mismo, por lo que se está siempre en apertura. Y es que no somos los mismos que hace 10 años, sino que al contrario somos casi tan distintos que si de otra persona se tratara no habría problema en admitir que se trata de otro. Por lo que si bien hay apertura y movimiento sólo se determina al da-sein en el instante, y en la medida que la determinación se da en instante huimos de determinación en determinación por lo que nunca estamos determinados absolutamente. El movimiento en el tiempo que es circular es siempre movimiento que cambia.

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  6. Pensar el tiempo en la actualidad remonta a la puntualidad, a los relojes en todos lados, alarmas y todo esto nos remonta a la manera en la que la ciudad nos constituye de manera que actuemos en tanto que este, es decir, desde el afán, la eficiencia, la efectividad y la necesidad de ser productivos, por lo que es en ese momento donde el ser se ve olvidado por la humanidad y por el hombre en sí mismo. Es con esto que surge el tiempo ontológico, como aquel que le da la entrada al hombre al poder indagar en su ser, en lo que es el mismo, por eso es que allí no hay un tiempo cuantitativo, sino que allí y en el encontramos los rastros de aquello que constituye al ser, lo que conforma su autenticidad, por lo que allí llevamos el pasado, el presente y la posibilidad del futuro ante el ser y como este está conformado, así es como se puede comprender el ser mismo y el mundo, todo desde un horizonte que se presenta en la visión más humana del hombre.
    De ahí que conocer el ser sea un camino temporal, lejos de lo recto y cuadriculado de la ciudad, mientras que cercano a la espesura del bosque, donde el tiempo no se presenta igual que en la cotidianidad, sino que es como el peregrino que se pierde dando vueltas por los bosques, los hongos, los helechos, los riachuelos y criaturas que allí conviven.

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  7. El tiempo ontológico de Martin Heidegger quiere resaltar la idea fundamental de que el tiempo significativo nada tiene que ver con la linealidad temporal a la que está sometido el Dasein desde que es arrojado a la existencia.
    Con tiempo significativo se quiere decir el tiempo que configura el sentido con el cual entendemos el mundo. El Dasein es un ser desalejador, es decir, un ser que construye para habitar, un ser que familiariza el mundo al que está arrojado y que en un principio le parece bárbaro y hostil. Precisamente en esto "le va su ser" empuña su existencia solo en la medida en qué comprende que debe significar el mundo y significase a sí mismo, sacer "su ser sí mismo" de "un ser ante los ojos" esto es, tiene que dejar de comprender (se) su ser a partir de la mirada ajena, de lo otro, de lo que se le muestra; y en esto el tiempo es fundamental, porque apenas se viene al mundo por el estado de arrojamiento pareciera que se está advocado a la proyección hacia el futuro, solo proyección, la vista del "ser sí mismo" desde la interpretación de la historia hacia el futuro, por el contrario,: lo que el ser es no transcurre en l cotidiana interpretación de las horas en un reloj que nada dice sobre la existencia, sino que tiene que ver con las manifestaciones existenciales que sobre ese tiempo se hayan construido, por lo tanto, el tiempo deja el nivel natural de los entes, el de la normalidad, y deviene ontológico, expresa una característica fundamental de mi existencia, y es que el tiempo solo tiene sentido si se significa, o como dirá después Han, si le otorgamos algo de "aroma'.

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  8. El tiempo siempre ha sido una constante molestia en cada uno de los seres, es este el que cambia, el que fluye, y el que permite avances, sin embargo, se debe reconocer que también es quien nos recuerda el paso de la vida. Ahora, la subjetividad de este permite que cada uno de nosotros se comporte de distintas manera, hay infinidades que nos hacen como personas, el punto está en lograr reconocer aquel tiempo. De esto puede crearse la constitución de lo que me hace ser, es decir, construyo el pasado cuando vuelvo con vivencias, me hago a mi pasado; estos detalles son lo que me visualizan, el tiempo me permite la experiencia del ser en su forma más pura. Heidegger nos permite adentrarnos en aquellas temporalidades resguardadas y muchas veces olvidadas, es aquel quien con sus reflexiones suscita en mi lo que realmente quiero mostrar ya que el ser está constituido por múltiples temporalidades.
    Es así como puedo percibir que los recuerdos no son solo pensamientos del pasado, sino, son las constituciones de mi ser, aquellas columnas que amenizan mi vida, aquellos recuerdos que componen el presente, un presente que se convertirá en pasado para componer mi futuro que será presente. El tiempo no es más que el secreto del ser para volver siempre a ser, un ser genuino que no vive en las metafísicas.

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  9. Marylin Velandia
    Estamos directamente ligados al tiempo y no solo nuestro cuerpo que envejece a causa de él. Estamos constantemente siendo afectados por lo que nos rodea y lo que nos gusta que termina definiendo nuestro ser. ¿Cómo es posible que disfrute de novelas del siglo XVIII? ¿Cómo es posible que momentos específicos del pasado me vienen a la mente demostrando la importancia que tienen para mí? Es curioso como cambiamos constantemente sin poder mostrar resistencia. La frase "nunca cambies" se vuelva cada vez más difícil de satisfacer porque nunca seremos los mismos, pero los recuerdos siempre estará con nosotros y traerán deleite al presente. Hay que buscar más momentos que se atesoren en nuestro ser y enriquezcan nuestro propio sentido de vida. Son pocas las cosas que realmente dan paz y felicidad auténtica, que no se pueden explicar porqué nadie vive las cosas de la misma manera ni disfruta las cosas con la misma intensidad. Uno de mis tiempos es verme de cuatro años saltando tablas en un humedal de aguas cristalinas, el sol se reflejaba en las gotas de las plantas verdes, estaba con mi padre y mi hermana de dos años en una zona rodeada de pinos que me hacían sentir más pequeña de lo que ya era ¿Tendrá esto relación con el eterno retorno de Nietzsche? No lo sé, no me he detenido a pensarlo correctamente, solo sé que por esa razón amo los tiempos después de lluvias cuando el sol sale y por suerte encuentro un pequeño arcoíris que de niña quería atrapar entre mis manos.

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  10. Maribel Becerra Gómez12 de marzo de 2023, 14:34

    En el transcurso de la vida es probable que en algunas ocasiones nos preguntemos ¿Por qué amo estas cosas si no las viví?, se trata del tiempo ontológico de Heidegger, el cual está relacionado con que el tiempo significativo para el ser, no tiene que ver con el tiempo lineal al que estamos sometidos. Cada uno de nosotros es una mezcla de pasado, presente y futuro e incluso entre las cosas que nos hacen mover por dentro existen temporalidades en las que no estuvimos presentes.

    En nuestra sociedad muchas personas están todo en tiempo preocupadas por lo material y superficial, pero no se dan cuenta que en el final de nuestros días no nos llevaremos nada de eso. Siento que lo único que nos llevamos con nosotros son las experiencias y los momentos vividos, cada uno de nosotros está constituido por diferentes temporalidades, en las cuales no podremos llegar a conocer el ser sin el reconocimiento de nuestras temporalidades ontológicas.

    El tiempo ontológico nos muestra esos acontecimientos y texturas imborrables presentes en nuestras vidas, donde así pasen muchos años temporalmente hay marcas imborrables que permanecerán en cada uno de nosotros, se trata de seguir e identificar el rastro que constituye nuestro ser.

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  11. Nubia Yanneth Gonzalez Zambrano13 de marzo de 2023, 18:46

    La pregunta del ser, de algún modo siempre ha perseguido la corporalidad del hombre, y por supuesto que es imposible olvidarla, teniendo en cuenta que el hombre de esta sociedad tecnológica es más superficial que reflexivo, busca lo material pero vacío de valor, lo más impactante es que vive preocupado por el tiempo, por lo qué pasará e incluso por lo que no, pero sigue actuando del mismo modo.
    No es que pensar en el tiempo este mal, pero la vida es un sin fin de experiencias y hay que disfrutarlas, no sobre pensarlas, no debe mirarse tan objetivo el tiempo es mejor dejarlo fluir, pues las vivencias deben ser incomparables, para que en su momento sonreír de alguna anécdota sea placentero, y es allí donde el tiempo ontológico toma fuerza.

    “Nada de lo que sucede se olvida jamás, aunque tú no puedas recordarlo”
    -El viaje de Chihiro

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  12. Tener en cuenta el tiempo en una sociedad como la nuestra, es hacerse a la imagen de una figura de forma geométrica con manecillas que marcar según ellas el tiempo desde que somos concebidos hasta el momento de dejar de existir, es entonces donde nace la duda si realmente está aquí el tiempo si es lo que soy yo es realmente lo que marcan aquellas manecillas que no paran, pues es aquí donde Heidegger nos presenta un pensamiento y una idea de tiempo que trasciende a este aparatito, pues nos muestra como lo que soy yo no es lo que marca ese reloj, sino que lo que soy puede radicar en miles de años atrás del que fui concebido, el tiempo ontológico es aquel en donde han quedado cosas que han marcado nuestras formas de ser, nuestras maneras actuar, lo que somos hoy es debido a cosas que han marcado y es precisamente en ese tiempo que nos ha marcado que nos ha gustado el que dice lo que somos, no aquel que se mueve sin parar sino de aquel tiempo que nunca se ha ido.

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  13. Juan Camilo Fonseca14 de marzo de 2023, 2:21

    Sin dar un mínimo respiro, sin suspirar o amar, sin vivir lo suficiente es improbable que conozcamos lo que el tiempo es, pero no en su medida cronológica, sino en una medida del hombre dónde los buenos momentos pasan rápido, dónde los incontables amores se esfuman y los dolores exacerban nuestra propia existencia, una reflexión fenomenológica que puede considerarse existencialista, pues considera un mundo que repercute en el sujeto, y el sujeto en el mundo, pero esas son simples palabras, los hechos de nuestra vida que tienen un significado en nosotros no pueden ser descritos de manera frívola, pues son lo que nos han hecho ser. Un presente continuo de cumulo que alguna vez morirá y cuya sentencia de muerte nos deja entre dicho el vacío existencial al que nos enfrentamos, lo único que puedo decir es que la nada no tiene sentido en la visión Heideggeriana, por esto mismo los hombres no somos simples números, fechas o calendarios que podamos medir, somos nuestra experiencia de vida y el significado que provoca algo más...

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